Por los conocimientos que tenemos por la ciencia de los hechos, evidencias, pruebas, experimentos aquí en la Tierra, podemos inferir lo que puede estar sucediendo en el Sol, a 150 millones de kilómetros; o por los instrumentos que se han podido colocar en la Luna, las visitas a Mercurio, Venus, las sondas Pioneer y Voyager. Pero ¿qué sucede y cómo más allá de Plutón? Lo sabemos por inferencias.
El astrofísico y divulgador de la ciencia Carl Sagan reflexionó que si existen miles de millones de estrellas en las galaxias y existen miles de millones de galaxias en el Universo, si hay un planeta Tierra acompañando una estrella en la Vía Láctea, deberían de existir infinidad de otros planetas como el nuestro.
A los planetas de estrellas distintas al Sol los astrónomos las describieron como exoplanetas. El primero que se detectó fue el 51 Pegasi b, el 6 de octubre de 1995, por Michel Mayor y Didier Queloz, por lo que fueron galardonados con el Nobel de física en 2019. Una forma de inferir la presencia de exoplanetas es con el efecto Doppler. Otro sería por el tránsito del planeta frente al disco de su estrellas.
El fenómeno Doppler todos nosotros lo hemos experimentado con el sonido de los objetos en movimiento, escuchamos un sonido agudo cuando se acerca y se convierte en grave cuando se aleja. Las ondas de sonido se aplastan cuando se acerca y se elongan cuando se aleja. Con las ondas de luz sucede algo semejante, sólo que su detección es con espectrógrafo, se corre la longitud de onda hacia el azul cuando se acerca o se corre al rojo si se aleja.
El fenómeno del tránsito es cuando desde el punto de observación se ve pasar el planeta frente al disco de la estrella. El paso de Venus frente al Sol pudimos observarlo en 2004 y en 2012, al igual que el tránsito de Mercurio en 2016 y 2019, que compartieron al público los astrónomos del Instituto de Astronomía UNAM (IA-UNAM). El de 2012 fue toda una verbena en el Castillo de Chapultepec, sitio donde se ubicó el primer Observatorio Astronómico Nacional, en la torre “Caballero Alto” del castillo.
Hacer la observación del tránsito de planetas en estrellas distantes a millones de años luz ya no resulta tan fácil, entonces se utiliza el Doppler. En el espectro electromagnético la estrella se “bambolea” (se acerca-se aleja) debido a la presencia de una enorme masa de materia que induce el fenómeno gravitatorio en la estrella, se “infiere” la presencia de esa masa, o sea, un planeta que orbita a esa estrella.
Inclusive se han detectado varios planetas de una misma estrella, como lo hicieron Salvador Curiel y Jorge Cantó del IA-UNAM en 2016, con base en un algoritmo genético asexual aplicado a la variación Doppler en la estrella 55 Cancri, se reportó así un cuarto planeta de esa estrella. Con el Telescopio Espacial James Weeb este 2 de septiembre ya se pudo detectar un exoplaneta sin inferencias, de manera directa, de 7 veces la masa de Júpiter y 100 veces más lejos de su estrella que Júpiter del Sol, el HIP 65426 b. Se trata de un planeta joven de 10 o 20 millones de años de edad, en comparación con la Tierra que tiene 4 mil 500 millones de años de edad.