Empresarios de las NTIC se colocan sobre el Estado

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Polémica interesante que ha tenido lugar a causa del bloqueo que empresarios de la Nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación (NTIC) hicieron a la presidencia y al presidente de Estados Unidos, en el contexto de la toma violenta del Capitolio, donde sesionaban los diputados y senadores de esa nación para cumplir el último requisito legal para calificar la elección de Presidente y Vicepresidente de esa nación soberana.

El gelatinoso concepto de “libertad de expresión” está en juego. Nada nuevo bajo el Sol. Desde los inicios de la imprenta de Gutenberg tuvieron lugar las diferencias con enfoques de los gobiernos, los dueños de las imprentas, los autores. El primer diferendo documentado se debe al escritor británico John Milton, en el siglo 17. En el caso particular de Estados Unidos se remonta a su primera enmienda constitucional en 1791 sobre la libertad de creencias y de expresión.

La evolución de los medios no impresos en México tiene su correlato con la disputa por el poder de la Nación, la cobertura social y la tecnología de los medios. Raúl Mejía Prieto, en su Historia de la Radio y la TV en México, nos describe una radiodifusión experimental primero, como la Notre Dame, de Constantino de Tárnaba, luego un período híbrido de lo público y lo privado, como la CYZ, de Educación o El Buen Tono, de una cigarrera. Al inicio de la revolución institucionalizada la XEFO, del Partido Nacional Revolucionario, o la XEB (heredera del Buen Tono) y otras.

La investigadora Fátima Fernández Christilieb, en la revista Nueva Política, editada en los 80 por el Centro Latinoamericano de Estudios Políticos, nos da cuenta cómo un vendedor de autos usados en la avenida Juárez, Emilio Azcárraga, se convirtió en el zar de la radio y la televisión en México, tutelado por el coronel estadounidense Sandal S. Hodges quien capacitó a su hermano Raúl, se le obsequió planta transmisora y receptores para difundir “La Voz de América Latina”, igual que hizo con los empresarios Gustavo Yankelevich en Argentina y Goar Mestre en Cuba.

¿Pública o privada? Finalizada la II Guerra Mundial, el presidente Miguel Alemán pidió al intelectual Salvador Novo indagara cuál podría ser la respuesta, Novo recomendó que la radio y televisión no podían estar en mejores manos que en la iniciativa privada, frente al modelo europeo con medios del Estado (¡no del gobierno¡).

Se requerían Leyes, como la de Imprenta. Le ley Federal de Radio y Televisión se publica el 19 de enero de 1960, prácticamente redactada por el propietario de bastantes estaciones de radio, socio de Azcárraga, Clemente Serna Alvear (Mejía Prieto). Mientras, las transmisoras públicas han adolecido deliberadamente de apoyo, presupuesto o, de plano, primero burocratizadas y luego desaparecidas, como la XEFO.

Las redes sociales parecían una alternativa, el presidente Obama obtuvo apoyo de los electores en las redes sociales frente a los medios tradicionales; el presidente español Aznar perdió las elecciones cuando las redes difundieron que mintió sobre los autores del atentado terrorista en la estación de ferrocarriles. En México, en los tres intentos por ganar la presidencia, López Obrador padeció lo que él llamó “cerco informativo” de los medios tradicionales, fueron las redes sociales y el activismo de los morenistas las que finalmente impulsaron una votación abrumadora a su favor.

¿Quién decide qué se difunde y qué no en las NTIC? ¿los empresarios? ¿Regresamos al siglo XVII con John Milton defendiendo su derecho a la libertad de expresión? ¿Para qué queremos al Estado? Quedarse con el argumento muy válido que Trump incitó a la rebelión deja de lado la esencia de un problema delicado, empresarios privados bloquearon la investidura presidencial, no solo a la persona, se colocaron sobre el Estado.

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