La vacuna BioNTech-Pfizer ha probado su eficacia en 95%

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La vacuna BioNTech-Pfizer ha probado su eficacia en 95%. Crédito de imagen: Fernando Zhiminaicela

Elegir una estrategia para desarrollar una vacuna antiviral es un mega reto para los investigadores. Ugur Sahin, director ejecutivo del laboratorio alemán BioNTech, que se asoció al gigante Pfizer, eligió sintetizar la molécula ribonucleica ARNm (mensajero), que contiene instrucciones para producir la proteína de la espiga del coronavirus SARS_Cov2.

Los virus, como los describiera el biólogo Peter Medawar en 1977, “son simplemente malas noticias envueltas en proteínas”. Existen enormes secuencias de los compuestos Guanina, Citosina, Adenina y, en este virus, Uracilo, para cada una de las proteína, son enormes cadenas de GCAUUACGCGUA… y así, ¿en qué orden? Afortunadamente ya se han desarrollado secuenciadores.

Elegir la proteína de la espiga del coronavirus como objetivo de una vacuna ya se veía venir desde que se obtuvo el genoma completo de SARS_Cov2, a principios de la pandemia. Los científicos habían descubierto que el coronavirus embona sus espigas, que lo hacen tan característico, como corona, en la proteína ACE2 que se encuentra en la cubierta de las células. La usa como llave para entrar a la célula y desparramar todas sus “malas noticias”, apoderándose de la maquinaria reproductiva de la célula y la explota haciendo más virus, que harán lo mismo con otras células hasta que éstas mueran.

Este ARN mensajero no es extraído del coronavirus, es una copia sintética. Las nanopartículas de ARN se empaquetan en esferitas de grasa (nanopartículas lipídicas), se suspenden en una solución salina y se inocula en el músculo del brazo del paciente. Ya dentro, las partículas de ARN son detectadas por células inmunitarias especializadas y siguen las instrucciones de la proteína pico, tal como harían si la infección fuera natural.

Detectado el material extraño el sistema inmune lanza el ataque, las células defensivas B y T se activan; también se desarrolla memoria inmunológica, nuestro sistema inmune aprende a derrotar al invasor que le era desconocido en sus archivos de defensa.

En la fase III del exigente protocolo sanitario universal, la prueba con humanos, la vacuna de BioNTech-Pfizer se aplicó a 42 mil personas, la mitad recibió la vacuna experimental y la otra un placebo (un material de mentiritas).

Este ARN mensajero no es extraído del coronavirus, es una copia sintética. Las nanopartículas de ARN se empaquetan en esferitas de grasa (nanopartículas lipídicas), se suspenden en una solución salina y se inocula en el músculo del brazo del paciente
Este ARN mensajero no es extraído del coronavirus, es una copia sintética. Las nanopartículas de ARN se empaquetan en esferitas de grasa (nanopartículas lipídicas), se suspenden en una solución salina y se inocula en el músculo del brazo del paciente. Crédito Fernando Zhiminaicela.

170 personas enfermaron de Covid 19, sólo 8 habían recibido la vacuna y 162 el placebo. Entonces, cerca del 5% estaban en el grupo de la vacuna, que es de donde se infiere el 95% de su eficacia; la Organización Mundial de la Salud estaría contenta con el 50%.

Por ahora es difícil saber si bastará una sola dosis. Para la OMS sería aceptable que durara 6 meses. Esto estará más claro cuando se tenga seguimiento de los inoculados. Por ahora, de acuerdo con los experimentos, la inmunidad completa se alcanza siete días después de la segunda aplicación y la inmunidad protectora cuatro semanas después de la primera dosis. Para Eleanor Riley, de la Universidad de Edimburgo, del Reino Unido, en el peor de los casos el reforzamiento de la vacuna sería anual (como ya sucede con la Influenza).

Se necesitan dos inyecciones, con la segunda se logra inmunidad. En los ensayos, la brecha entre dosis fluctúa de 19 a 42 días. En los ensayos, solo 2% de los pacientes no tuvieron segunda dosis. Si se presentan efectos secundarios, son leves, la generalidad es que es tolerada y no hay problemas graves; los “peores” son fatiga y dolor de cabeza y esto solo se presentó en el 4 y 2% de los casos respectivamente.

Los pacientes del ensayo tenían hasta 85 años y la eficacia en mayores de 65 fue del 94%. También es eficaz en pacientes que presentan comorbilidades como diabetes, cáncer, hepatitis B y C, y VIH. (Fuente: New Scientist 03-12-2020).

En el Reino Unido, las autoridades sanitarias y regulatorias ya han aprobado la vacuna. Y, al parecer, es la más cercana a ser adquirida por México.

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